miércoles, 23 de mayo de 2007

Comentario 3

El trabajo de Greger es un trabajo que ilustra con amplitud y gran variedad de datos la nueva emergencia de enfermedades transmitidas por animales, aunque no alcanza a elaborar una perspectiva teórica que nos permita entender las múltiples variables sociales, económicas y políticas que inciden en ese aparente “control” del hombre sobre la naturaleza. Sólo en algunos apartados alude a los cambios en los procesos de producción, los modos de vida, identifica los factores antrópicos que llevan a un cambio exacerbado de los entornos, o enuncia los nombres de grandes multinacionales que se han visto vinculadas con intoxicaciones de clientes. Es innegable que trabajos como estos ofrecen información y evidencias “científicas” sobre temas con los que apenas estamos familiarizados, sin embargo considero que algunos de estos análisis no asumen del todo una posición crítica frente a los contextos sociales de poder en el que se dan las condiciones para el surgimiento de las enfermedades. Ahora bien, el riesgo esta en que en cierta medida se asume a la humanidad como una entidad homogénea, carente de tensiones y desigualdades. Y aunque no sea esta la postura, el poco énfasis o la poca exploración de los factores y contradicciones sociales que existen, en todo caso puede llevar al lector(a) a asumir sin cuestionamientos la perversidad de la “naturaleza humana”. Hay mucho más detrás de esta trama de evidencias objetivas sobre la nueva emergencia de enfermedades infecciosas y es necesario plantearlo y difundirlo. De otra manera, nos quedaremos en la ilustración escalofriante y en la expansión del pánico, que no necesariamente conducen a la transformación de las problemáticas.

Adentrándome en los contenidos del texto, considero por otra parte, que este tipo de trabajos nos evidencia la mayor importancia que han adquirido las investigaciones sobre las enfermedades con una perspectiva histórica, aunque existen diferentes enfoques. Algunos de ellos asumen una perspectiva de la Historia Ambiental y otros aluden a los procesos de trasformación de las enfermedades a través del tiempo sin profundizar en la relación sociedad – naturaleza.

Considero que Greger para argumentar su planteamiento sobre la emergencia renovada de las enfermedades infecciosas alude a procesos históricos y los explica desde un punto de vista cercano a la ecología. Así entonces para responder a la pregunta de por qué emergen enfermedades en la actualidad cuando se supone que la humanidad ha desarrollado sus capacidades tecnológicas, Greger alude a diferentes momentos en que las enfermedades proliferaron. Un primer momento hace referencia a los procesos de domesticación de los animales, la mayor parte de ellos mamíferos, que esta relacionada con el establecimiento de los grupos sociales en un espacio específico y la mayor sedentarización de sus actividades. Otro momento significativo se da a lo largo de la revolución industrial – siglos XVIII y XIX - en la que surgen las llamadas “enfermedades de la civilización”: cáncer, diabetes, enfermedades del corazón, entre otras. Y finalmente, el resurgimiento de las enfermedades infecciosas, desde hace aproximadamente 30 años, relacionadas con los cambios ambientales drásticos que se han dado en todo el mundo, las formas de manejo de los ciclos de vida de animales domesticados como parte de procesos de producción masiva. Así entonces, el autor ofrece un variado espectro de casos en los que los virus y bacterias, no sólo se adaptan como cualquier otro organismo a los cambios ambientales, sino que desarrolla mecanismos que le permiten “saltar” de algún animal a la especie humana.
Por otra parte, Greger alude a una serie de enfermedades infecciosas que tienen origen en diferentes prácticas culturales, prácticas agropecuarias y patrones de consumo que estructuran diferentes tipos de mercados. Algo que hace posible pensar al – siguiendo los argumento del autor - al hombre como fabricante de sus propios males. ¿Es entonces el control, antes bien, una forma desconocimiento? Una respuesta afirmativa pondría en duda el status del método de conocimiento, tal y como se ha vuelto hegemónico en el contexto de la economía – mundo.

Con el texto, queda la sensación de que la lista de evidencias del resurgimiento de las enfermedades infecciosas puede seguir, así como podría seguir poniéndose en evidencia de las tecnologías, las tendencias en la producción y manejo de los animales con fines mercantiles. Sin embargo es de cuestionar si es el temor frente a la posibilidad de experimentar una pandemia cambiaría en lo fundamental esa manera de relacionarnos con la naturaleza, repercutiría en la disminución de las muertes de niños y madres, entre otros sujetos más propensos a las enfermedades infecciosas?

De igual modo como el discurso del desarrollo creo la pobreza del Tercer Mundo, en la cual se ha invertido inmensas cantidades de dinero, experimentamos la creación de enfermedades, tanto discursiva como objetivamente, cuyo propósito pareciera ser más bien la continuidad de los procesos de acumulación capitalista en sectores de producción donde la tecnología y el conocimiento experto tienen las de ganar.

1 comentario:

Ron dijo...

No se si te refieres a todo el libro o nada mas a la parte que se asignó para el curso. Porque la respuesa sería diferente. Sin embargo, es pertinente tu observación de que prevalece la visión biomédica en la cual los humanos se caracterizan como 'organsimos' mas que 'personas' con una experiencia social específica diferenciada. Todo el rollo de la OMS y la 'preparación para el pandémico' va por el mismo camino.

Sin embargo, viendo el libro total, creo que hace mejor esfuerzo que muchos otros en traer los diferentes factores, sociales, culturales económicos, políticos y biomédicos, a una visón que intenta ser integral. Creo que tus comentaros ponen el dedo en la llaga, es decir no lo logra de manera cabal. Y no lo logra de una manera muy nortemamericana que le abre a una crítica acertada del punto de vista de una mujer latinoamericana. Muy interesante, en realidad.